Hoy sólo puedo sujetarme
de los arboles y pajaros
que mueren junto a mi,
sintiendo las oscuras danzas del vacio.
Hoy sólo quiero apagar
el enigna de esa voz
que se acerca y me transporta
al violento mundo del silencio.
Hoy sólo intento huir de esa luz que
toma mis palabras, las que me
conduce por dañinos laberintos y
me regresa convertido en sombra.
José, 99